Personas que llegan, y se van, llegan y se van. Son como mini-episodios de la vida.
Una propaganda que nos distrae por un momento de la rígida programación....
Una propaganda que nos distrae por un momento de la rígida programación....
e x c i s t e n c i a
Somos el resultado de lo que elegimos.
Me siento entre pasillos diminutos que me imposibilitan moverme, me comprimen y me reprimen. Que no me dejan expresarme ni expandirme más allá de mis límites, de las líneas que la vida misma nos va interponiendo en el camino, no puedo cruzarlas, o no siento cruzarlas...
¿Se supone que nos debemos sentir cómodos en el tipo o la especie de vida que llevamos? Es la clave de la felicidad, sentirse uno, sentirse bien y seguro, sentirte vos, con todos TUS problemas y TUS soluciones, toda TU vida. No es conformismo, es apreciar, vivir, sentir los pequeños e insulsos momentos que hacen que uno se sienta único, que nos distingamos el uno del otro, que pasemos vivencias y dejemos algo, una huella, una pista de quién fuimos alguna vez. Porque todos nacemos por alguna razón, la misma por la que vivimos cada día y lo más lindo de ella es que es irreconocible, vivimos sin saber porqué con la incertidumbre de qué vamos a ser, de cual será nuestro fin y de como llegaremos hasta ahí. Es supervivir el día a día con todas las dificultades y las posibilidades que se nos crucen. Entender que cada minuto, cada segundo es parte de la construcción de un futuro, de una imagen, un momento, un sentido, un sonido.. un recuerdo. Es la construcción de nosotros a lo largo del tiempo. Entonces, no siempre es necesario tomar el camino correcto, por qué deberíamos de hacerlo? No hay un camino correcto o un camino incorrecto. Hay caminos, tantos como te imagines, porque el universo es infinito y nuestros límites los ponemos nosotros, hasta donde llegarías? o hasta donde estarías dispuesto llegar? No importa qué, cuando, donde ni porqué. Vivilo. Y más si sos adolescente, es la parte de la vida en donde menos ataduras tenes, a menos hilos que nos convierten en una marioneta estamos. Es cuestión de cruzar fronteras psíquicas y físicas, de buscar e indagar por donde nunca lo hiciste, no entrar en la monotonía, interesarte por avanzar cada vez un poquito más en este complejo juego donde TODOS al fin, terminamos perdiendo...... ¿o ganando?
Entonces, es ahora cuando me pregunto si estoy conforme con lo qué elijo o si no. La adolescencia misma se trata de formarse como persona, respecto a todos los aspectos que comprenden a un ser. Vamos trascendiendo diversas modas, diferentes estilos y.. siento que ninguno es el mío.
Me siento entre pasillos diminutos que me imposibilitan moverme, me comprimen y me reprimen. Que no me dejan expresarme ni expandirme más allá de mis límites, de las líneas que la vida misma nos va interponiendo en el camino, no puedo cruzarlas, o no siento cruzarlas...
¿Se supone que nos debemos sentir cómodos en el tipo o la especie de vida que llevamos? Es la clave de la felicidad, sentirse uno, sentirse bien y seguro, sentirte vos, con todos TUS problemas y TUS soluciones, toda TU vida. No es conformismo, es apreciar, vivir, sentir los pequeños e insulsos momentos que hacen que uno se sienta único, que nos distingamos el uno del otro, que pasemos vivencias y dejemos algo, una huella, una pista de quién fuimos alguna vez. Porque todos nacemos por alguna razón, la misma por la que vivimos cada día y lo más lindo de ella es que es irreconocible, vivimos sin saber porqué con la incertidumbre de qué vamos a ser, de cual será nuestro fin y de como llegaremos hasta ahí. Es supervivir el día a día con todas las dificultades y las posibilidades que se nos crucen. Entender que cada minuto, cada segundo es parte de la construcción de un futuro, de una imagen, un momento, un sentido, un sonido.. un recuerdo. Es la construcción de nosotros a lo largo del tiempo. Entonces, no siempre es necesario tomar el camino correcto, por qué deberíamos de hacerlo? No hay un camino correcto o un camino incorrecto. Hay caminos, tantos como te imagines, porque el universo es infinito y nuestros límites los ponemos nosotros, hasta donde llegarías? o hasta donde estarías dispuesto llegar? No importa qué, cuando, donde ni porqué. Vivilo. Y más si sos adolescente, es la parte de la vida en donde menos ataduras tenes, a menos hilos que nos convierten en una marioneta estamos. Es cuestión de cruzar fronteras psíquicas y físicas, de buscar e indagar por donde nunca lo hiciste, no entrar en la monotonía, interesarte por avanzar cada vez un poquito más en este complejo juego donde TODOS al fin, terminamos perdiendo...... ¿o ganando?
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